Descuentos en las primeras cuotas de autónomos
Aquellas personas que se den de alta como autónomos por primera vez en su vida o que llevaran más de 5 años sin estar de alta en este régimen, tienen una rebaja muy de agradecer en sus primeras cuotas mensuales. A estas rebajas la normativa a veces las llama “bonificaciones” y en otros casos “reducciones”. Esta distinción no tiene relevancia a efectos prácticos para el autónomo. Se trata de un tema presupuestario sobre qué organismo se hace cargo de esos descuentos. Las bonificaciones son a cargo del Servicio Público de Empleo Estatal y las reducciones son a cargo de la Tesorería General de la Seguridad Social.
Aclarado este tema, ¿cómo quedarían estas primeras cuotas de autónomos?
Vamos a plantear el caso más usual que nos encontramos en el despacho: el del autónomo que inicia un negocio y quiere pagar lo menos posible, eligiendo la base de cotización mínima (establecida en 884,40 € para el año 2015). Tras la publicación de la Ley 31/2015, a partir de octubre de 2015 las cuotas de autónomos serían las siguientes (distinguiendo entre dos grupos según la edad del autónomo):
1.- Hombres a partir de 30 años de edad y mujeres a partir de 35 años
Cuota mensual | |
Mes 1º al 6º | 50,00 € |
Mes 7º al 12º | 132,66 € |
Mes 13º al 18º | 185,37 € |
a partir mes 19º | 264,43 € |
2.- Hombres menores de 30 años y mujeres menores de 35 años de edad
Cuota mensual | |
Mes 1º al 6º | 50,00 € |
Mes 7º al 12º | 132,66 € |
Mes 13º al 30º | 185,37 € |
a partir mes 31º | 264,43 € |
La única diferencia radica en la duración de esas bonificaciones y reducciones. Para los mayores las ventajas duran 18 meses, mientras que para los jóvenes duran 30 meses.
La principal diferencia de estos descuentos con respecto a la normativa anterior estriba en que a los autónomos, a partir del 10 de octubre de 2015, ya no les quitarán los descuentos por el hecho de tener a algún empleado. Me parece una medida lógica, ya que era un disparate quitarle a un autónomo la bonificación/reducción por el hecho de contratar a un trabajador. Se trataba de una disposición absurda que desincentivaba la creación de empleo.